Amarse a uno mismo es el
principio de una historia de amor eterno. ~Oscar Wilde
Vivimos tan estresados,
convulsionados, preocupados, que nos olvidamos de lo más importante, ser
nosotros y realizar nuestros proyectos.
Todo esto es una cadena uniendo
un eslabón tras otro, hasta que llega un momento donde no puedes más te sientes vulnerable, ya no es el castillo que habías imaginado, este comienza a desmoronarse y sale todo aquello que
llevas guardado por años.
El rechazo
El abandono
La humillación
La Traición
La injusticia….
Todo eso junto sale a relucir
cuando se ha llegado al límite máximo.
Mientras ese castillo estaba en
construcción hacías caso omiso de todo porque estaba la
ilusión de lo que se construía, pero las cosas nunca son lo que
parecen, y esos errores de no decir lo que sentías al momento, sino seguir
tragando hasta que el cuerpo físico, emocional, espiritual, y mental dijeron basta.
Es el momento de recoger los
trozos, esos añicos que han quedado para que resurja el nuevo ser que ha de
nacer, con un cúmulo de experiencias vividas, con la fortaleza de un roble, y la paciencia para hacer que las cosas sucedan
de la mejor manera.
Empieza a agradecer de manera
humilde, con sinceridad ve reconociendo todas tus limitaciones, allí
empezará a sanar todo.
“Cuando ya no eres capaz de
cambiar una situación, nos encontramos ante el desafío de cambiarnos a nosotros
mismos” Viktor Frankl
Leyenda hindú que nos ayuda a aceptar
al prójimo tal cual es, y por ende a
aceptarte a ti mismo .
Cuenta una antigua leyenda
oriental que la reina Malika paseaba por los jardines de palacio con su marido,
el rey Kosala, durante un cálido atardecer.
El cielo estaba azul y el
horizonte se apreciaba colores rosas y anaranjados.
Los sonidos de las aves y de la
brisa del viento se tamizaban a través de las hojas de los árboles.
La pareja iba cogida del brazo
cuando el rey le pregunto a Malika; ¿A quién amas más en este mundo? -suponiendo
que diría a él -la reina se tomó su tiempo para contestar..., sabes querido -Le
contestó- creo que “me amo más a mí misma”
El rey reflexionó, y le dijo que
creía que también él se amaba más a sí mismo.
Malika había sido una de las
primeras damas convertidas al budismo, y aunque su marido no era budista,
respetaba sus creencias.
Así, ambos estuvieron de acuerdo
en ir a visitar a Buda al día siguiente y pedirle su parecer.
“Amarse más a uno mismo, es el
primer paso del camino, solo cuando lo practicas, eres capaz de amar plenamente
a los demás, y cuando lo haces, también entiendes que los demás se amen más a sí
mismos”
“El paso siguiente, es practicar,
no sentirte ni superior ni inferior a los otros, después, podrás aprender a
aceptar al otro tal como es, y a aceptarte a ti mismo tal como eres, no igual a
los demás.
Abrazos energéticos de LUZ Y AMOR.